martes, 11 de octubre de 2016

Los huevos en pastelería

En la mayoría de las elaboraciones de estos dulces placeres, uno de los ingredientes más habituales son los huevos. Como todos sabemos, los huevos tienen dos partes: yemas y claras.

En pastelería vamos a usar el huevo, principalemte, para espesar, emulsionar, espumar, dar brillo, pintar masas…


Los podemos usar enteros para usarlo en un bizcocho normal batiendo todo junto o separar la yemas de la claras desclarando. Quizá esto sea para dar más aire batiendo y luego mezclar y añadir el resto de ingredientes.

Pero hay recetas,  como la tarta de limón o lemoncurd en la que las yemas se utilizan para elaborar la crema y las claras para el rico merengue que la cubre.

Por cierto, ¿Cuánto pesa un huevo?

Pues, dependerá del huevo. Sí, parece un poco tonto pero es así, en el mercado hay muchos tamaños y calidades que nos van a dar resultados diferentes. Podríamos ponernos a pesar uno a uno en nuestra receta o irnos a una aproximación que nos puede servir de referencia.

Esto es, que se supone que un huevo mediano pesa unos 60gr, pero lo que es interesante es que el 10% del peso corresponde a la cáscara, el 30% la yema y el 60% la clara.

El 50% del huevo es agua y del otro 50% podemos decir que 1/3 son proteínas y 2/3 son grasas.

¿Cómo lo puedo comprar?

El huevo lo podemos comprar fresco o pasteurizado. Por lo general, los compraremos frescos y si es necesario lo desclararemos de uno en uno, en casa las recetas que hacemos suelen ser pequeñas y no suponen un inconveniente. 

Los huevos pasteurizados se suelen usar más en los obradores o producciones de más volumen ya que ahorran tiempo. Pero son muy convenientes para recetas en las que no vamos a cocinar o que las temperaturas a las que llegamos no sobrepasan los 70º, en estos casos se recomienda el huevo pasteurizado para evitar riesgos.

En el mercado, estos “huevos liquidos” en tetabricks se pueden encontrar en tres formatos, huevos enteros, yemas y claras. Siendo muy cómodos además de seguros al estar libres de patógenos. Los encontramos refrigerados y en su propio envase indican la equivalencia de unidades por litro. En el caso de los huevos enteros podemos encontrar alrededor de veinte unidades por litro.

También podemos encontrar en formato seco, la albúmina, es la deshidratación de las claras del huevo y se usan mucho en pastelería. Son solubles al agua y nos sirve para controlar la concentración de albúmina de nuestra receta o bien por comodidad o higiene ya que en su procesos de deshidratación son tratadas sanitariamente eliminando patógenos.

Precauciones

En nuestras elaboraciones de pastelería una de las grandes preocupaciones que vamos a tener siempre es que el huevo no “nos cuaje”. Si exponemos una mezcla con huevo a más de 70º puede que veamos pequeños grumitos y el color y textura cambiará, en algunos casos puede tener arreglo pero para evitar tener que buscarle solución a esos desastres, debemos seguir las recetas a la perfección y conocer las técnicas básicas en pastelería.
En el apartados de Técnica Básicas, hablaremos sobre esto, pero de momento de manera resumida podemos decir que si tenemos que trabajar con calor siempre debemos hacerlo en baño maría y usar la técnica de cocer a la inglesa que básicamente consiste en que si tenemos que mezclar dos cargas, lo hagamos de la siguiente manera: siempre echaremos la caliente, de manera de hilo fino y sin dejar de mover, sobre la fría ( que es la que lleva el huevo).
También, a la hora de mezclar azúcar con las yemas, podemos evitar que nos salgan grumitos usando un poco de leche/liquido de la receta para que haga la carga más líquida antes de echar los granos de azúcar.

Espero que estos datos os sean útiles para empezar a comprender el camino del aprendizaje al que queremos que nos sigais y que poco a poco iremos compartiendo más información.

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